martes, 12 de febrero de 2013

Kentinho


Que pasa maesto?

Que qué pasa? Pasa que tengo ganas de tomar mate, entonces antes de bajarme del auto, recojo las monedas que cuidadosamente guardo para estos momentos. Dos monedas de 2 pesos, no creo que salga más que eso. Mientras camino entre el loquero de gente apiñada en la estación de servicio en el comienzo de estas minivacaciones de carnaval, que vendrían bien en un país desarrollado, pero en el nuestro, como que sobran un poco. Me dirijo a los expendedores de agua pensando cómo en el país vecino de Brasil no te cobran en las estaciones por agua caliente. Allá tienen el Kentinho, un aparato conectado a la red local de agua que eléctricamente calienta el agua. Simple. Llego al expendedor de agua, un mastodonte que debe ser igual que el Kentinho, pero como tiene que cobrar, hacen un armatoste gigante. Estoy por poner mi moneda pero un cartel anuncia: No acepta monedas de $2… Bue, pienso, debe ser anterior a las monedas de $2, pero bien que podrían actualizarlo, o al menos cobrar menos, ya que cobran, para qué están las monedas de $2 entonces, digo,no?

Bue a buscar cambio en la tienda donde te venden un sanguich a $30. Para ello tengo que hacer cola, esperar al menos 15 minutos, todo por tomar unos mates, para amenizar el viaje tomando esa bebida tan nuestra que tan bien nos hace, y encima hay que pagar por el agua... Asi que espero, afortunadamente la cajera tiene cambio, sino la furia se desataba en ese mismo instante: que dónde iba a conseguir cambio sino, que para que mierda compro este sanguich, que dónde carajo voy a conseguir agua caliente en el medio de la autopista, que para que son una estación de servicio, etc. Pero no, por suerte, para ella, tiene un montón de monedas de $1 y me facilita el cambio. Y pienso como puede ser que en otro país no te cobren y acá si. Se aprovechan. Se aprovechan de la necesidad de la gente. Cazan en un zoológico. Es como los peajes, los ponen en la zona más productiva del país, o donde pasa más gente. Las rutas siguen igual, las pintan un poco acá, las arreglan otro tanto allá, pero siguen teniendo mucho que desear. Y mientras tanto facturan, cobran un fangote por cortar el pasto.

Y voy hacia el expendedor de agua caliente. Por suerte hay dos y uno esta desocupado. Coloco el termo en la base, coloco mi primer moneda, todo bien, coloco la segunda y me la rechaza, la vuelvo a poner, me la rechaza, y asi, 2 veces más, levanto temperatura, no estoy en condiciones de hacer una cola de 15 minutos de nuevo para conseguir la bendita moneda que me de el simple milagro de darme agua caliente para tomar mate, no señor. En eso la viejita del expendedor de al lado me dice, pibe, ese no anda. Pero como no me dijo antes señora, que se piensa que me gusta estar acá como un pelotudo poniendo moneditas,pienso, por culpa de gente como Ud el país está como está, vieja chota, seguro que usted apoyó a que vayan a Malvinas los pibes, y en eso, como corolario, el termo se cae al piso, solo, sin tocarlo, evidentemente la base está mal diseñada, y te cobran, te cobran para romperte el termo y tragarte la moneda, para que no te avisen, para hacer cola, para pagar peaje, para que se te rompan los neumáticos y los amortiguadores en ruta echa mierda, y la gente choque y se mate, te cobran para renegar todos los días, todos quieren cobrar por cualquier cosa, por hacer las cosas mal, por estacionar, por no estacionar, impuestos, mas impuestos, porque si, porque es fin de año y hay que chupar y morfar, y de repente, delante de mío el expendedor de agua caliente, inmaculado, expectante…

Algunos van a la cancha a gritarle al árbitro, otros se pelean en la calle, yo le entre a dar al expendedor, por lo menos no lastimo a nadie pensaba, mientras le daba con tutti al aparato ese, patadas, piñas, debo destrozarlo pensaba, que a nadie más le trague la moneda, nunca más...

En eso llega el encargado de la playa, y pregunta:

Qué pasa maestro?

Que qué pasa?! esto es lo qué pasa!