Que pasa maesto?
Que qué pasa? Pasa que tengo ganas de tomar mate, entonces
antes de bajarme del auto, recojo las monedas que cuidadosamente guardo para
estos momentos. Dos monedas de 2 pesos, no creo que salga más que eso. Mientras
camino entre el loquero de gente apiñada en la estación de servicio en el
comienzo de estas minivacaciones de carnaval, que vendrían bien en un país
desarrollado, pero en el nuestro, como que sobran un poco. Me dirijo a los
expendedores de agua pensando cómo en el país vecino de Brasil no te cobran en
las estaciones por agua caliente. Allá tienen el Kentinho, un aparato conectado
a la red local de agua que eléctricamente calienta el agua. Simple. Llego al
expendedor de agua, un mastodonte que debe ser igual que el Kentinho, pero como
tiene que cobrar, hacen un armatoste gigante. Estoy por poner mi moneda pero un
cartel anuncia: No acepta monedas de $2… Bue, pienso, debe ser anterior a las
monedas de $2, pero bien que podrían actualizarlo, o al menos cobrar menos, ya
que cobran, para qué están las monedas de $2 entonces, digo,no?
Bue a buscar cambio en la tienda donde te venden un sanguich
a $30. Para ello tengo que hacer cola, esperar al menos 15 minutos, todo por
tomar unos mates, para amenizar el viaje tomando esa bebida tan nuestra que tan
bien nos hace, y encima hay que pagar por el agua... Asi que espero,
afortunadamente la cajera tiene cambio, sino la furia se desataba en ese mismo
instante: que dónde iba a conseguir cambio sino, que para que mierda compro
este sanguich, que dónde carajo voy a conseguir agua caliente en el medio de la
autopista, que para que son una estación de servicio, etc. Pero no, por suerte,
para ella, tiene un montón de monedas de $1 y me facilita el cambio. Y pienso
como puede ser que en otro país no te cobren y acá si. Se aprovechan. Se aprovechan
de la necesidad de la gente. Cazan en un zoológico. Es como los peajes, los
ponen en la zona más productiva del país, o donde pasa más gente. Las rutas
siguen igual, las pintan un poco acá, las arreglan otro tanto allá, pero siguen
teniendo mucho que desear. Y mientras tanto facturan, cobran un fangote por
cortar el pasto.
Y voy hacia el expendedor de agua caliente. Por suerte hay
dos y uno esta desocupado. Coloco el termo en la base, coloco mi primer moneda,
todo bien, coloco la segunda y me la rechaza, la vuelvo a poner, me la rechaza,
y asi, 2 veces más, levanto temperatura, no estoy en condiciones de hacer una
cola de 15 minutos de nuevo para conseguir la bendita moneda que me de el
simple milagro de darme agua caliente para tomar mate, no señor. En eso la
viejita del expendedor de al lado me dice, pibe, ese no anda. Pero como no me
dijo antes señora, que se piensa que me gusta estar acá como un pelotudo
poniendo moneditas,pienso, por culpa de gente como Ud el país está como está, vieja
chota, seguro que usted apoyó a que vayan a Malvinas los pibes, y en eso, como
corolario, el termo se cae al piso, solo, sin tocarlo, evidentemente la base está
mal diseñada, y te cobran, te cobran para romperte el termo y tragarte la
moneda, para que no te avisen, para hacer cola, para pagar peaje, para que se
te rompan los neumáticos y los amortiguadores en ruta echa mierda, y la gente
choque y se mate, te cobran para renegar todos los días, todos quieren cobrar
por cualquier cosa, por hacer las cosas mal, por estacionar, por no estacionar,
impuestos, mas impuestos, porque si, porque es fin de año y hay que chupar y
morfar, y de repente, delante de mío el expendedor de agua caliente,
inmaculado, expectante…
Algunos van a la cancha a gritarle al árbitro, otros se
pelean en la calle, yo le entre a dar al expendedor, por lo menos no lastimo a
nadie pensaba, mientras le daba con tutti al aparato ese, patadas, piñas, debo
destrozarlo pensaba, que a nadie más le trague la moneda, nunca más...
En eso llega el encargado de la playa, y pregunta:
Qué pasa maestro?
Que qué pasa?! esto es lo qué pasa!