jueves, 17 de abril de 2008

Hablo yo?


Hay palabras. Bandada. Cardumen. Rebaño. Humanidad.

Es cuestión de concentrarse un poquito y hasta lo podés ver. Es como una nuvecita de calor allrededor de los pájaros volando por el cielo. A la hora del atardecer es más fácil.
Cada pájaro no necesita comprarse un mapa para ir a un lugar. O un auto para él solito. Simplemente va. Se deja llevar por esa enegía que le envuelve. No se pregunta si es verdad o mentira. No lo cuestiona. Tampoco piensa si esta bien o está mal!!
Ese calorcito le envuelve y le guía. Le ayuda a ahorrar energía.

Levantarse a la mañana y checkearse. Autoexaminarse. Y reconocer a los otros en uno. Reconocer cuánto de los otros habita en uno. Cuántas características de seres queridos palpitan en nosotros. Padres, amigos, parejas. Quien soy, adonde voy, donde estoy. Soy yo en realidad el que me habito? o soy el producto de las lecturas trasnochadas de algún espiritu totalizador?
Yo soy yo? O soy todos? Todos los que han pasado por mi vida, por mis celulas, por mis genes.

Hoy me levanté sintiendo que estamos todos en el mismo viaje, en el mismo colectivo, solo que en distintas ventanillas.

Y me dije, mirá al lado, adentro, escuchemos, enseñemos, demos. Pareciera que solo falta abrir las ventanillas y dejar que entre un poco de aire mágico...

Permitirse hacer eso que siempre soñamos. Solo para probar, para ver que pasa... Pero hacer. Y entré en el blog.

Yo escribo. Yo hablo. Y cuando lo hago sin pensar, dejando que lo escrito se escriba solo, quizás vos puedas leerte en estas líneas.

Porque hay palabras.

Y para algo están...

martes, 8 de abril de 2008

La locura es poder ver mas alla!..



De nada mi amigo!

Que increíble no, siempre hay en la vida esperas gigantes en pequeños momentos, aquellos que creemos nos cambiarán la vida, cuando era más chico y no había móviles (celulares pa los de allá ) en ocasiones esperaba dentro de casa que una chica a la que había conocido el sábado me llame, y los días se hacían interminables, el teléfono fijo era una condena!

Pero quizás ese teléfono fijo fue el principio de muuucha escrituras, y de las primeras quizas, pues quedándome a la luz de una vela con el Calefactor (estufa pa los de acá) a mi lado, escribía sin cesar para contentar a mi corazón, y hacerle de música en espera para el llamado que aun no llegaba a este lado del telefono.

Siempre hubo miles de esos pequeños momentos que nos dejan a las ansias, aguardando un cambio, el cambio que nos dé un giro en la vida…

Una película que nos hace suspirar, y salir flotando, aquellos 2 compases de una música que sabemos nos hará feliz con solo esos primeros acordes, la mirada de aquella chica en el autobús, la sonrisa de un pequeño mientras come su helado, el Anciano que sin conocerlo nos da los buenos días, un blog entre amigos, las buenas sensaciones frente al mar…

Cuantas condenas a la libertad sin siquiera juicio previo no!

Y luego están esas competencias contra la locura, en la captura constante de los pequeños momentos que dan pistas del inminente cambio.

Mientras caminaba por la calle mirando al de mi lado interiormente me decía, si llego antes a la esquina seré feliz.

Si corto la llamada en un número exacto, mañana será el mejor día de mi vida.

Si la moneda cae en el numero, me aprobarán el proyecto que me hará un gran diseñador, a vistas del mundo!!

Si las olas llegan a mis pies, dormiré con el mejor sueño que he tenido!

Cuantas pequeñas felicidades que el azar guarda en sí mismo, esperando el momento exacto para hacernos cada día más vivos!